Los juegos de Contrapoder son una forma de jugar con los niños y niñas en la que se les permite asumir el rol de líderes, dominantes o poderosos, mientras que los adultos se muestran débiles, torpes o sumisos¹. Estos juegos tienen como objetivo ayudar a los niños y niñas a liberar sus tensiones, frustraciones y miedos, así como a desarrollar su autoestima, confianza y sentido del humor¹².
Algunos ejemplos de juegos de Contrapoder son:
– Hacerse el tonto: El adulto finge no saber hacer algo que el niño o la niña sabe hacer bien, como atarse los zapatos, contar hasta diez o nombrar los colores. El niño o la niña puede corregirle, enseñarle o reírse de él o ella.
– Dejar ganar: El adulto deja que el niño o la niña le gane en algún juego competitivo, como las carreras, las luchas o las escondidas. El adulto puede exagerar su derrota y felicitar al niño o la niña por su victoria.
– Seguir órdenes: El adulto se pone a disposición del niño o la niña para que le diga qué hacer. El adulto debe obedecer todas las órdenes que no sean peligrosas o irrespetuosas. El niño o la niña puede disfrutar de tener el control y sentirse importante.
Estos juegos son beneficiosos para la crianza porque favorecen el vínculo afectivo entre padres e hijos e hijas, estimulan la creatividad y la inteligencia emocional de los niños y niñas y previenen problemas de conducta derivados de la falta de atención o el exceso de autoridad